La Biblia hoy - Nueva Versión Internacional
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 3
Salomón se casa con la hija de Faraón
1Salomón entró en alianza con el faraón, rey de Egipto, casándose con su hija, a la cual llevó a la Ciudad de David mientras terminaba de construir su palacio, el templo del Señor y el muro alrededor de Jerusalén. 2Como aún no se había construido un templo en honor del Señor, el pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los santuarios paganos.Salomón pide sabiduría
3Salomón amaba al Señor y cumplía los decretos de su padre David. Sin embargo, también iba a los santuarios paganos para ofrecer sacrificios y quemar incienso. 4Como en Gabaón estaba el santuario pagano más importante, Salomón acostumbraba ir allá para ofrecer sacrificios. Allí ofreció mil holocaustos; 5y allí mismo se le apareció el Señor en un sueño, y le dijo: Pídeme lo que quieras. 6Salomón respondió: Tú trataste con mucho amor a tu siervo David, mi padre, pues se condujo delante de ti con lealtad y justicia, y con un corazón recto. Y, como hoy se puede ver, has reafirmado tu gran amor al concederle que un hijo suyo lo suceda en el trono. 7"Ahora, Señor mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David. No soy más que un muchacho, y apenas sé cómo comportarme. 8Sin embargo, aquí me tienes, un siervo tuyo en medio del pueblo que has escogido, un pueblo tan numeroso que es imposible contarlo. 9Yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo? 10Al Señor le agradó que Salomón hubiera hecho esa petición, 11de modo que le dijo: Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos sino discernimiento para administrar justicia, 12voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después. 13Además, aunque no me lo has pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún rey podrá compararse contigo. 14Si andas por mis sendas y obedeces mis decretos y mandamientos, como lo hizo tu padre David, te daré una larga vida. 15Cuando Salomón despertó y se dio cuenta del sueño que había tenido, regresó a Jerusalén. Se presentó ante el arca del pacto del Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego ofreció un banquete para toda su corte.Sabiduría y prosperidad de Salomón
16Tiempo después, dos prostitutas fueron a presentarse ante el rey. 17Una de ellas le dijo: Su Majestad, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba allí conmigo, yo di a luz, 18y a los tres días también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos. 19Pues bien, una noche esta mujer se acostó encima de su hijo, y el niño murió. 20Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía, y tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado. 21Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz. 22¡No es cierto! exclamó la otra mujer. ¡El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo! ¡Mientes! insistió la primera. El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío. Y se pusieron a discutir delante del rey. 23El rey deliberó: "Una dice: El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo. Y la otra dice: ¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío. " 24Entonces ordenó: Tráiganme una espada. Cuando se la trajeron, 25dijo: Partan en dos al niño que está vivo, y denle una mitad a ésta y la otra mitad a aquélla. 26La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey: ¡Por favor, Su Majestad! ¡Déle usted a ella el niño que está vivo, pero no lo mate! En cambio, la otra exclamó: ¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan! 27Entonces el rey ordenó: No lo maten. Entréguenle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre. 28Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.Capítulo 4
1Salomón reinó sobre todo Israel, 2y éstos fueron sus funcionarios: Azarías, hijo del sacerdote Sadoc; 3Elijoref y Ahías, hijos de Sisá, cronistas; Josafat hijo de Ajilud, el secretario; 4Benaías hijo de Joyadá, comandante en jefe; Sadoc y Abiatar, sacerdotes; 5Azarías hijo de Natán, encargado de los gobernadores; Zabud hijo de Natán, sacerdote y consejero personal del rey; 6Ajisar, encargado del palacio; Adonirán hijo de Abdá, supervisor del trabajo forzado. 7Salomón tenía por todo Israel a doce gobernadores, cada uno de los cuales debía abastecer al rey y a su corte un mes al año. 8Éstos son sus nombres: Ben Jur, en la región montañosa de Efraín; 9Ben Decar, en Macaz, Salbín, Bet Semes y Elón Bet Janán; 10Ben Jésed, en Arubot (Soco y toda la tierra de Héfer entraban en su jurisdicción); 11Ben Abinadab, en Nafot Dor (la esposa de Ben Abinadab fue Tafat hija de Salomón); 12Baná hijo de Ajilud, en Tanac y Meguido, y en todo Betseán (junto a Saretán, más abajo de Jezrel, desde Betseán hasta Abel Mejolá, y todavía más allá de Jocmeán); 13Ben Guéber, en Ramot de Galaad (los poblados de Yaír hijo de Manasés en Galaad entraban en su jurisdicción, así como también el distrito de Argob en Basán y sus sesenta grandes ciudades, amuralladas y con cerrojos de bronce); 14Ajinadab hijo de Idó, en Majanayin; 15Ajimaz, en Neftalí (Ajimaz estaba casado con Basemat hija de Salomón); 16Baná hijo de Husay, en Aser y en Alot; 17Josafat hijo de Parúaj, en Isacar; 18Simí hijo de Elá, en Benjamín; 19Guéber hijo de Uri, en Galaad (que era el país de Sijón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán). En la tierra de Judá había un solo gobernador. 20Los pueblos de Judá y de Israel eran tan numerosos como la arena que está a la orilla del mar; y abundaban la comida, la bebida y la alegría. 21Salomón gobernaba sobre todos los reinos desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y la frontera con Egipto. Mientras Salomón vivió, todos estos países fueron sus vasallos tributarios. 22La provisión diaria de Salomón era de seis mil seiscientos litros de flor de harina y trece mil doscientos litros de harina, 23diez bueyes engordados y veinte de pastoreo, y cien ovejas, así como venados, gacelas, corzos y aves de corral. 24El dominio de Salomón se extendía sobre todos los reinos al oeste del río Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza, y disfrutaba de paz en todas sus fronteras. 25Durante el reinado de Salomón, todos los habitantes de Judá y de Israel, desde Dan hasta Berseba, vivieron seguros bajo su propia parra y su propia higuera. 26Salomón tenía doce mil caballos, y cuatro mil establos para los caballos de sus carros de combate. 27Los gobernadores, cada uno en su mes, abastecían al rey Salomón y a todos los que se sentaban a su mesa, y se ocupaban de que no les faltara nada. 28Además, llevaban a los lugares indicados sus cuotas de cebada y de paja para los caballos de tiro y para el resto de la caballería. 29Dios le dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias; sus conocimientos eran tan vastos como la arena que está a la orilla del mar. 30Sobrepasó en sabiduría a todos los sabios del Oriente y de Egipto. 31En efecto, fue más sabio que nadie: más que Etán el ezraíta, y más que Hemán, Calcol y Dardá, los hijos de Majol. Por eso la fama de Salomón se difundió por todas las naciones vecinas. 32Compuso tres mil proverbios y mil cinco canciones. 33Disertó acerca de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en los muros. También enseñó acerca de las bestias y las aves, los reptiles y los peces. 34Los reyes de todas las naciones del mundo que se enteraron de la sabiduría de Salomón enviaron a sus representantes para que lo escucharan.Capítulo 5
Pacto de Salomón con Hiram
1El rey Hiram de Tiro siempre había tenido buenas relaciones con David, así que al saber que Salomón había sido ungido para suceder en el trono a su padre David, le mandó una embajada. 2En respuesta, Salomón le envió este mensaje: 3"Tú bien sabes que, debido a las guerras en que mi padre David se vio envuelto, no le fue posible construir un templo en honor del Señor su Dios. Tuvo que esperar hasta que el Señor sometiera a sus enemigos bajo su dominio. 4Pues bien, ahora el Señor mi Dios me ha dado paz por todas partes, de modo que no me amenazan ni adversarios ni calamidades. 5Por lo tanto me propongo construir un templo en honor del Señor mi Dios, pues él le prometió a mi padre David: Tu hijo, a quien pondré en el trono como sucesor tuyo, construirá el templo en mi honor. 6"Ahora, pues, ordena que se talen para mí cedros del Líbano. Mis obreros trabajarán con los tuyos, y yo te pagaré el salario que determines para tus obreros. Tú sabes que no hay entre nosotros quien sepa talar madera tan bien como los sidonios." 7Cuando Hiram oyó el mensaje de Salomón, se alegró mucho y dijo: "¡Alabado sea hoy el Señor, porque le ha dado a David un hijo sabio para gobernar a esta gran nación!" 8Entonces Hiram envió a Salomón este mensaje: "He recibido tu petición. Yo te proporcionaré toda la madera de cedro y de pino que quieras. 9Mis obreros la transportarán desde el Líbano hasta el mar. Allí haré que la aten en forma de balsas para llevarla flotando hasta donde me indiques, y allí se desatará para que la recojas. Tú, por tu parte, tendrás a bien proporcionarle alimento a mi corte." 10Así que Hiram le proveía a Salomón toda la madera de cedro y de pino que éste deseaba, 11y Salomón, por su parte, año tras año le entregaba a Hiram, como alimento para su corte, veinte mil cargas de trigo y veinte mil medidas de aceite de oliva. 12El Señor, cumpliendo su palabra, le dio sabiduría a Salomón. Hiram y Salomón hicieron un tratado, y hubo paz entre ellos. 13El rey Salomón impuso trabajo forzado y reclutó a treinta mil obreros de todo Israel. 14Los envió al Líbano en relevos de diez mil al mes, de modo que pasaban un mes en el Líbano y dos meses en su casa. La supervisión del trabajo forzado estaba a cargo de Adonirán. 15Salomón tenía en las montañas setenta mil cargadores y ochenta mil canteros; 16había además tres mil trescientos capataces que estaban al frente de la obra y dirigían a los trabajadores. 17Para echar los cimientos del templo, el rey mandó que sacaran de la cantera grandes bloques de piedra de la mejor calidad. 18Los obreros de Salomón e Hiram, junto con los que habían llegado de Guebal, tallaron la madera y labraron la piedra para la construcción del templo.La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by www.biblica.com, Inc.®. All rights reserved worldwide.