Biblia online - Salmos 90
La Biblia de las Américas
Salmos 90
La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre
1Oración de Moisés, hombre de Dios. Señor, tú has sido un refugio para nosotros de generación en generación.2Antes que los montes fueran engendrados, y nacieran la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.3Haces que el hombre vuelva a ser polvo, y dices: Volved, hijos de los hombres.4Porque mil años ante tus ojos son como el día de ayer que ya pasó, y como una vigilia de la noche.5Tú los has barrido como un torrente, son como un sueño; son como la hierba que por la mañana reverdece;6por la mañana florece y reverdece; al atardecer se marchita y se seca.7Porque hemos sido consumidos con tu ira, y por tu furor hemos sido conturbados.8Has puesto nuestras iniquidades delante de ti, nuestros pecados secretos a la luz de tu presencia.9Porque por tu furor han declinado todos nuestros días; acabamos nuestros años como un suspiro.10Los días de nuestra vida llegan a setenta años; y en caso de mayor vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar, porque pronto pasa, y volamos.11¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu furor conforme al temor que se te debe?12Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.13Vuelve, SEÑOR; ¿hasta cuándo? y compadécete de tus siervos.14Sácianos por la mañana con tu misericordia, y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días.15Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y a los años en que vimos adversidad.16Manifiéstese tu obra a tus siervos, y tu majestad a sus hijos,17y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros. Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos; sí, la obra de nuestras manos confirma.
Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation (http://www.lockman.org)
Ver en otras versiones:
N V IRV 1909RV 1960RV 1995B L AD H H