Biblia online - Juan 11
Reina Valera 1995
Juan 11
Muerte de Lázaro
1Estaba enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana.2(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos).3Enviaron, pues, las hermanas a decir a Jesús: --Señor, el que amas está enfermo.4Jesús, al oírlo, dijo: --Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.5Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.6Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.7Luego, después de esto, dijo a los discípulos: --Vamos de nuevo a Judea.8Le dijeron los discípulos: --Rabí, hace poco los judíos intentaban apedrearte, ¿y otra vez vas allá?9Respondió Jesús: --¿No tiene el día doce horas? El que anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo;10pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.11Dicho esto, agregó: --Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarlo.12Dijeron entonces sus discípulos: --Señor, si duerme, sanará.13Jesús decía esto de la muerte de Lázaro, pero ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.14Entonces Jesús les dijo claramente: --Lázaro ha muerto,15y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a él.16Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: --Vamos también nosotros, para que muramos con él.Jesús, la resurrección y la vida
17Llegó, pues, Jesús y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.18Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios,19y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.20Entonces Marta, cuando oyó que Jesús llegaba, salió a encontrarlo, pero María se quedó en casa.21Marta dijo a Jesús: --Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.22Pero también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.23Jesús le dijo: --Tu hermano resucitará.24Marta le dijo: --Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final.25Le dijo Jesús: --Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.26Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?27Le dijo: --Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.Jesús llora ante la tumba de Lázaro
28Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: --El Maestro está aquí, y te llama.29Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y fue a él.30Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado.31Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: --Va al sepulcro, a llorar allí.32María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verlo, se postró a sus pies, diciéndole: --Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.33Jesús entonces, al verla llorando y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,34y preguntó: --¿Dónde lo pusisteis? Le dijeron: --Señor, ven y ve.35Jesús lloró.36Dijeron entonces los judíos: --¡Mirad cuánto lo amaba!37Y algunos de ellos dijeron: --¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?Resurrección de Lázaro
38Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva y tenía una piedra puesta encima.39Dijo Jesús: --Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: --Señor, hiede ya, porque lleva cuatro días.40Jesús le dijo: --¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?41Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: --Padre, gracias te doy por haberme oído.42Yo sé que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.43Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: --¡Lázaro, ven fuera!44Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: --Desatadlo y dejadlo ir.El complot para matar a Jesús
45Entonces muchos de los judíos que habían ido para acompañar a María y vieron lo que había hecho Jesús, creyeron en él.46Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.47Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el Concilio, y dijeron: --¿Qué haremos?, pues este hombre hace muchas señales.48Si lo dejamos así, todos creerán en él, y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.49Entonces Caifás, uno de ellos, Sumo sacerdote aquel año, les dijo: --Vosotros no sabéis nada,50ni os dais cuenta de que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.51Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el Sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;52y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.53Así que desde aquel día acordaron matarlo.54Por eso, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se alejó de allí a la región contigua al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y se quedó allí con sus discípulos.55Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos subieron de aquella región a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse.56Buscaban a Jesús y se preguntaban unos a otros en el templo: --¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?57Los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno se enteraba de dónde estaba, informara de ello, para prenderlo.
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